El
basilisco o lagarto Jesús es un pequeño lagarto (unos
90 g de masa media) que vive en las pluviselvas de Costa Rica. Cuando
se ve en peligro es capaz de corretear por las charcas. Un estudio
de su movimiento no es sencillo , sin embargo el análisis de
filmaciones de diferentes ejemplares, tomadas a cámara rápida,
permite una explicación bastante coherente del fenómeno.
Primero
conviene reparar en la anatomía del animalito. Es pentadáctilo,
como sus congéneres; sin embargo, sus pies posteriores son
desproporcionadamente grandes y además poseen flecos desplegables
en su alrededor que posiblemente intervienen en su carrera por el
agua, al aumentar la superficie y el perímetro de contacto.
El
lagarto inicia su carrera con un palmetazo sobre la superficie del
agua. Al golpear el agua se crea por reacción un empuje ascensional
que significa del orden del 25% del apoyo que un lagarto adulto necesita
para mantenerse sobre el agua. A continuación empieza la “remada”,
que se produce porque con el impacto el pie crea una burbuja de aire
que se introduce en la masa superficial del agua desplazando su moléculas
-mecanismo en que interviene la tensión superficial del agua-
y acelerándolas, lo que provoca nuevas fuerzas de reacción
que además se complementan con la diferencia de presiones hidrostáticas
entre la masa de agua situada debajo del pie y del aire de la burbuja.
En conjunto, el adulto obtiene más o menos un 110% de la fuerza
necesaria para mantenerse sobre el agua. Las crías, que rondan
los 2 g de masa, consiguen casi el 225%, por ello, mientras que los
adultos solo recurren al “paseo”sobre el agua en situaciones
decididamente comprometidas, los pequeños utilizan este modo
de locomoción casi habitualmente. Una vez más la economía
de la naturaleza.
Volviendo
a la mecánica del lagarto. Si la burbuja de aire se cierra
sobre el pie, este perdería todo su poder de sustentación,
por lo cual el animalito tiene que ser suficientemente ágil
como para sacarlo antes de que eso ocurra. Así, lo que hace
es plegar el fleco del que se habló al principio, cerrar los
dedos y extraer el pie a través de la burbuja, siempre antes
de que esta se cierre. Por tanto, en ningún instante “se
moja” el pie del animal, aunque, sobre todo en los adultos,
las filmaciones dan la sensación de que el animal hunde sus
pies en el agua. Realmente, como ya se ha dicho, hunden una burbuja
de aire .
Es
curioso que solo este animal, entre los vertebrados, sea capaz de
desplazarse en este mundo intermedio ente aire y agua. Algunas aves
palmípedas también tienen una carrera de despegue “sobre
la superficie”, pero el mecanismo físico es algo diferente.
Un ser humano que pretendiera emular al basilisco debería correr
sobre las aguas a unos 30 m/s, lo que significaría un consumo
energético 1500% mayor que el que la musculatura humana puede
desarrollar de forma sostenida